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Imagen del blog de sordera. Nuevas tecnologías. Imagen de la silueta de una cabeza de la que salen conexiones a distintos aparatos como un celular, una tablet o un ordenador.

Las nuevas tecnologías existen para facilitarnos la vida. A veces es complicado aprenderlas, pero en general su uso simplifica muchas acciones cotidianas. Para las personas con discapacidad son una doble ayuda, ya que no solo facilitan, sino que igualan oportunidades.

Entonces, si son tan beneficiosas para que las personas con discapacidad recuperen su independencia, ¿por qué no se aprovechan? Esta reflexión surge al leer el artículo 10 pasos hacia la independencia: Promoviendo autodeterminación en el hogar de la fundación venezolana Paso a Paso, que da algunos consejos a padres y tutores para facilitar la independencia de las personas con discapacidad.
Muchas veces, la falta de medios económicos para adquirir tecnologías adecuadas es un factor importante; sin embargo, hay otro motivo aún más decisivo: el desconocimiento. Si no sé que existe una silla con ruedas automática, no pensaré en adquirirla; y por tanto, seguiré apoyándome en las muletas día tras día.

Pero más allá de las sillas, existen muchos aparatos que nos facilitan la vida sin ser específicos para personas con discapacidad. Veamos un ejemplo. En Ecuador el Gobierno está realizando un programa de sustitución de cocinas de gas por cocinas de inducción. Sin entrar en temas políticos o macroeconómicos, como es el cambio de matriz productiva, tomemos estos aparatos como ejemplo; ya que entran dentro de las nuevas tecnologías y el factor económico no afecta (el gobierno da financiaciones de hasta 72 cuotas, hay bonos de desarrollo, etc.…).
Pensemos en una persona con una discapacidad como la parálisis cerebral que afecta a su mente y a su cuerpo. Para una persona así, cocinar con gas es un juego de ruleta rusa:

  • Encender una cerilla.
  • Coordinar el movimiento de la mano izquierda girando la rueda del gas con el de la mano derecha con la cerilla encendida para prender el gas.
  • Retirar la mano a tiempo para no quemarse
  • Cocinar
  • Controlar el tiempo de cocción
  • Tocar los utensilios sólo en determinadas partes seguras<
  • Etc…

La mitad de estas acciones se pueden simplificar con una cocina de inducción; ya que se encienden con un botón, se apagan automáticamente y no se calientan ni tanto ni en tantas partes. Así pues, una persona con discapacidad tendrá muchas más facilidades con este tipo de cocinas que con las de gas.

Si aplicamos este punto de vista al resto del hogar (dormitorio, cuarto de baño, etc.…) Veremos que existen infinidad de puntos donde podemos emplear las nuevas tecnologías para favorecer la independencia de las personas con discapacidad.

PD: El programa de cocinas de inducción en Ecuador dispone de un número de información y adhesión: 1800 COCINA (262462)

 

 

Fuente de la imagen:

http://cdn01.ib.infobae.com/adjuntos/162/imagenes/011/237/0011237133.jpg

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