Scroll Top

Siempre se ha dicho que «de tal palo, tal astilla». Hoy en día sabemos que la genética juega un gran papel en esta afirmación, ya que la información de nuestros cromosomas se perpetúa generación tras generación. Algo que ocurre también con las personas sordas.

Sin embargo, esta repetición no es exacta y con el paso del tiempo se agregan o pierden cualidades. La media de los adolescentes de hoy en día superan en altura a sus padres, y estos hicieron lo mismo hace unas décadas. La naturaleza es caprichosa y decide qué características se perpetúan y cuales no, como por ejemplo la sordera.
Es rotundamente falso que de dos padres sordos nazca un hijo obligatoriamente sordo. Las combinaciones pueden ser infinitas:

Padre oyente, madre sorda: hijo sordo, hija oyente.
Padre sordo, madre sorda: hija oyente, hijo sordo.
Padre sordo, madre oyente: …

De hecho la mayoría de las personas sordas tienen progenitores oyentes. He ahí la importancia de poder desarrollar métodos de comunicación alternativos a la lengua oral que fomenten la comunicación en el seno familiar.
De forma general se suelen presentar dos formas de afrontar la sordera de un hijo/a.
La corriente oralista sostiene que el niño debe aprender a vocalizar y a leer los labios cuanto antes. Sin embargo, este hecho no se producirá hasta, como mínimo, la adolescencia; ya que necesita de una gran cantidad de esfuerzo y dedicación por parte del hijo/a.
Otra corriente, la lingüística pugna por usar una lengua de signos (o señas) para comunicarse. No obstante, esto implica mayor esfuerzo por parte de los padres, quienes han de aprender un segundo idioma que a su vez han de enseñar a su hijo/a.
La cuestión como se ve, es decidir quién debe llevar el peso de la discapacidad.

Fotografía de la capacitación para padres realizada por la Fundación DHEx - Vivir la Sordera. En ella los asistentes muestran su diploma acreditativo de asistencia.

Fuente de la imagen:

http://www.vivirlasordera.com

Entradas relacionadas

Comentarios (7)

[…] El momento en el que Florent y su madre charlan en el jardín. A pesar del uso de la palabra complementada y el claro enfoque oralista, es un buen ejemplo de buena relación entre madre e hijo tal como se explica en el post Sordo + sorda = ¡A saber!. […]

[…] También es interesantes ver la relación entre madre e hija, como ya se comentó en el post «Sordo+sorda= ¡A saber!» no todas las familias están dispuestas a aceptar la sordera de sus hijos o hermanos, y por lo […]

[…] se comentó en el post «Sordo + sorda =¡A saber!» no existe una regla sobre la transmisión genética de la sordera. Esto da lugar a que muchas […]

[…] hijos de padres oyentes, ya que no hay ninguna norma para la transmisión hereditaria o no de la sordera. Algunos estudios cifran que en algunos casos la tasa puede llegar al 95%. Esto plantea una gran […]

[…] de familias se encarga de aconsejar y ayudar a familias con algún miembro sordo. (Recordemos que no hay una fórmula que nos permita saber si algún miembro va a ser sordo o no.) Mediante la edición de guías, […]

[…] que la población sorda es muy heterogénea, sin embargo hay algo que todos tienen en común cuando van al cine: nunca ven cine […]

[…] ocurrir, que alguna de estas clasificaciones no nos convenza de todo; así que podemos utilizar el tipo de sordera para […]

Los comentarios están cerrados.