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Fotografía de varios libros antiguos sobre una estantería.

Sería lógico pensar que una persona que no oye tenga como hobby principal la lectura. Su sentido de la visión está más desarrollado, así que leer parece el método de entretenimiento perfecto.

Esto puede ser cierto en personas hipoacúsicas, con sordera post-locutiva o sordera de vejez. Sin embargo, las personas sordas de nacimiento o signantes suelen tener serias dificultades para leer y expresarse de forma escrita en castellano.
Tomemos como ejemplo la siguiente frase:

¿Vienes a mi casa a comer?

En lengua de signos, esta frase debería formularse de la siguiente manera:

CASA MÍA TÚ YO JUNTOS COMER VENIR SÍ/NO

La mayoría de los oyentes hemos experimentado esta incomprensión cuando por desgracia no enfrentamos a algún texto que ha sido traducido de forma automática. Entendemos todas las palabras que hay en el texto, pero no siempre podemos descifrar el mensaje que se nos quiere decir. La razón es que las lenguas tienen distintas gramáticas y estructuras. Por lo que si nos limitamos a traducir palabra por palabra no obtendremos muy buenos resultados.
Lo mismo ocurre con las personas sordas, leen palabras que conocen, pero no están en el orden correcto.

Fuente de la imagen:

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/3/31/Literatura_Universal.jpg

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Comentarios (2)

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