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En muchas ocasiones, cuando se habla sobre la diferencia entre inclusión e integración, muchas personas esgrimen el argumento de que realizar tanto esfuerzo por una minoría no es rentable o justificable.

Por eso, deberíamos entender primero qué es una minoría y qué representa en la sociedad. Si imaginamos la sociedad como una naranja, las minorías serían las pepitas. Tenemos un “gran todo” uniforme, del mismo color, la misma textura y mismo sabor; y de vez en cuando pequeños reductos que no son iguales.

Imagen del blog de sordera. Discapacidad, puntos de vista VII 7. Fotografía de una rodaja de naranja en la que se puede apreciar una pepita.

El problema es que estos reductos suelen ser incómodos si, por ejemplo, nos estamos comiendo la naranja; pero son tremendamente útiles para la supervivencia, ya que son la semilla de nuevas sociedades. De ellas surgen nuevas ideas, formas de ver la vida o mejoras que pueden beneficiar al resto de la sociedad.

Sin embargo, una sociedad nunca se conforma de una gran mayoría y una minoría. Todos pertenecemos a una minoría u otra. Para que existiera una mayoría todos sus miembros deberían ser iguales; por ejemplo hombres, católicos, de raza blanca. Muchas sociedades tienen miembros que cumplen estas características; pero si miramos más de cerca veremos que no todos los hombres son iguales (los hay con barba, sin barba, calvos, con pelo largo, heterosexuales, homosexuales, etc…) Así pues dentro de esa mayoría hay minorías.

Podríamos entonces establecer que la “mayoría” son: Hombres, heterosexuales, con pelo, afeitados, católicos apostólicos romanos, de raza blanca (caucásica) sin familiares de otras razas por lo menos en las tres generaciones previas. No obstante, este grupo de población no es ni por asomo el más numeroso en el planeta. Por lo que en realidad son una minoría.  Entonces…

¿Qué es una mayoría?

En realidad, una sociedad se asemeja más a un racimo de uvas que a una naranja. Es decir, multitud de minorías se juntan para formar un todo a lo que llamamos mayoría.

Imagen del blog de sordera. Discapacidad, puntos de vista VII 7. Dibujo de un racimo de uvas con hoja.

Cada una de estas minorías tiene sus particularidades y necesidades. El secreto para la buena convivencia de todas es mantener la armonía; lo que no siempre es fácil. Por ejemplo, la minoría de personas sordas necesita que se use la lengua de señas para comunicarse; eso no quiere decir que el resto de minorías también tengan que aprenderla; sólo respetarla.

Otro ejemplo podría ser la minoría católica. Quiere preservar sus valores y tradiciones. Esto no presenta ningún problema si no trata de imponerlos al resto de minorías.

Así pues, para mantener una sociedad formada por minorías sólo hay que aplicar el viejo principio de la Ilustración:

“Mi libertad termina donde empieza la del otro”

Fuente de la imagen:

https://torange.biz/slice-mandarin-16641http://www.torange-pt.com/photo/18/16/mandarim-transparente-1359895718_85.jpg

Fuente de la imagen:

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/e/e5/Bunch_of_grapes_icon.svg/378px-Bunch_of_grapes_icon.svg.pnghttps://pixabay.com/static/uploads/photo/2012/04/03/15/05/grapes-25241_640.png

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