En la lengua española son muchos los ejemplos de palabras compuestas. Esas que sumando los significados de ambos componentes nos dan el significado de la misma. «Paraguas», «Reposapies», «Sofá-cama», etc…

Algo parecido ocurre con la sordoceguera. Es la suma de una discapacidad auditiva junto con una visual. No obstante, es muy importante destacar que las necesidades de ambas discapacidades no se suman; ya que las personas sordociegas tienen sus propias necesidades distintas de las de las personas sordas o ciegas.

Personalmente he de reconocer que la primera vez que me hablaron de este colectivo pensé en una especie de personas-lechuga, ya que al no ver y no oír, poco podían hacer. Sin embargo, sordociego no significa completamente sordo y completamente ciego, hay niveles. De hecho las personas sordociegas, dependiendo del momento en el que pierden la visión y la audición, se dividen en 4 grupos:

Grupo I: Personas con sordoceguera congénita.

En este grupo se incluyen las personas que nacen con la visión y la audición gravemente afectadas por causa de origen pre o perinatal, o aquellas que se quedan sordociegas al poco de nacer, en el período en el que aún no se ha desarrollado el lenguaje.

Grupo II: Personas sordociegas con deficiencia auditiva congénita y una pérdida de visión adquirida durante el transcurso de la vida

Agrupa a personas nacidas deficientes auditivos, o que adquirieron dicha deficiencia a poco de nacer, y que por causas endógenas o exógenas adquieren una deficiencia visual.

Grupo III: Personas sordociegas con una deficiencia visual congénita y una pérdida de audición adquirida durante el transcurso de la vida

Agrupa a aquellas personas ciegas o con problemas serios de visión que, por causas endógenas o exógenas, pierden total o parcialmente su audición en un momento determinado o a lo largo de su vida.

Grupo IV: Personas nacidas sin deficiencias visuales ni auditivas y que sufren una pérdida de audición y de visión durante el transcurso de la vida

Agrupa a las personas cuya sordoceguera sobreviene sin que la persona manifieste anteriormente ninguna deficiencia sensorial. Las pérdidas sensoriales pueden producirse o manifestarse simultáneamente o no, y pueden seguir una evolución similar o completamente distinta.

Un ejemplo de superación de persona sordociega es el de Daniel Álvarez , presidente de ASOCIDE. Puede verse como desarrolla su vida en el siguiente e interesantísimo vídeo.

Fuente del texto citado: PILAR GÓMEZ VIÑAS y EUGENIO ROMERO REY. La Sordoceguera un análisis multidisciplinar. Madrid, 2004. ONCE Organización Nacional de  Ciegos Españoles, Págs: 98 y siguientes.

Fuente de la imagen:

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