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Imagen del blog de traducción. Traducción literaria. Fotografía de varios libros en distintos idiomas.

Uno de los textos más difíciles de traducir son los literarios. En ellos no solo hay que transmitir el mensaje, si no lo que los escritores llaman el “espíritu”.

Una obra literaria, a diferencia de un texto científico, no solo nos aporta información; nos imprime un ritmo en la lectura y nos hace jugar con el lenguaje para crear una atmósfera. En más de una ocasión al leer nos evadimos y olvidamos muchos problemas ya que el texto ocupa toda nuestra mente. Esto se logra creando ese “espíritu” o ritmo literario.
El traductor de textos literarios tiene que ser capaz de provocar estas sensaciones en el lector de la nueva lengua.

Imaginemos por un momento cómo sería la novela de Camilo José Cela La Colmena si al traducirla al inglés se añadiese la puntuación, y se separasen las escenas una por una para hacerla más comprensible. Esta claro que sería otra obra distinta, y perdería su “espíritu”.

No existe una fórmula mágica para la traducción, y en este tipo de traducciones las memorias de traducción ayudan poco, así que la única forma de prepararnos para este tipo de trabajos es la lectura. Leer, leer y leer hasta la saciedad. De esta forma estaremos preparados no sólo para poder rescatar ese “espíritu” de cada novela, sino para poder transformar nuestra forma de escribir y amoldarnos a lo que el autor original quería transmitir.

Fuente de la imagen:

HTTP://MLA-S1-P.MLSTATIC.COM/LOTE-OFERTA-163-LIBROS-LITERATURA-IDIOMAS-HISTORIA-ARGENTINA-725501-MLA20328761703_062015-F.JPG

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Comentarios (2)

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[…] sabemos cuando un traductor se enfrenta a un texto literario no solo tiene que trasladar el sentido de la obra, si no su […]

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