No siempre estamos acostumbrados a que hablen por nosotros, a que nos interpreten y mucho menos a que se diga en nuestro nombre cosas estando delante.
Estas son situaciones comunes cuando se usa un intérprete. Tanto los usuarios como los profesionales deben acostumbrarse a esta forma de trabajo. Dependiendo de cómo sea el encuentro, la disposición de los usuarios y del intérprete varía. Veamos algunos ejemplos:
A – Interpretación en mostradores
La persona sorda debe colocarse delante de la persona del mostrador y hablar mirando hacia él. La intérprete se coloca a un lado de la persona sorda e interpreta en voz alta lo que dice. Cuando es la persona de recepción la que habla, lo hace mirando a la persona sorda, pero esta mira a la intérprete, que está signando.
B – Interpretación en consultas médicas En este caso el ILSE debe colocarse junto al médico, que hablará directamente al paciente y viceversa. La intérprete signa y habla desde su posición.
C – Interpretaciones en JuzgadosEl intérprete se coloca de forma que tanto el juez como la persona sorda puedan verle. En caso de que haya que explicar gráficos o situaciones, la pantalla debe ser visible por los tres.
D – Interpretaciones en conferenciasEn este caso, las personas sordas se encuentran en el público, por lo que la intérprete debe situarse en un lugar visible desde todos los ángulos, pero sin tapar a los participantes.
E – Interpretaciones en aulas.La intérprete debe ser visible para el alumno sordo junto con la pizarra y el profesor.
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