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Imagen del blog de sordera. Situaciones con un intérprete. Ilustración que muestra una figura humana central rodeada de gráficos que representan distintos objetos (una tienda, un cerebro, un ordenador, etc...)

En muchas ocasiones podemos tener dudas de qué se debe interpretar a una persona sorda y que no.

La teoría es sencilla TODO; pero la práctica no.

Cuando un intérprete acompaña a una persona sorda al médico, al banco o a un juicio no es “un amigo”, “un consejero” o “un experto”. El desempeño de sus funciones está ligado a un código ético y a una profesionalidad. Sin embargo, en muchas ocasiones no sólo es necesario interpretar lo que la persona que tenemos al lado dice, si no además, sonidos, reacciones o cualquier información sonora que sea relevante. Algo parecido a lo que ocurre en la subtitulación específica para personas sordas.

Si en mitad de una consulta médica, suena el teléfono y doctor contesta; la parte de la conversación que oímos se debe interpretar. Recordemos que aunque no sea información relevante para el paciente sordo, es información auditiva que debe recibir. Incluso si el doctor nos indica que se trata de una conversación privada y que no lo hagamos; ya que si quiere tener una conversación privada debería hacernos salir de la consulta (tanto el intérprete como el paciente sordo).

En el caso de las consultas médicas, existen algunas salvedades en las que el intérprete puede ausentarse. El uso de rayos X, las revisiones ginecológicas, los TAC, etc… son situaciones en las que el intérprete puede abandonar momentáneamente la sala.

En las interpretaciones en entidades financieras (bancos, seguros, entidades de crédito, etc.) se debe tener mucho cuidado con no introducir opiniones personales. Si la persona sorda está recibiendo asesoramiento sobre un seguro, puede sentirse tentada a preguntarnos qué nos parece lo que se les está ofreciendo. Sin embargo, nuestra función no es la de “consejero económico” por lo que debemos evitar dar nuestra opinión en estas situaciones.

No obstante, si la persona está vendiendo el seguro hace comentarios en voz baja, nosotros sí debemos interpretarlo ya que es información que la persona puede utilizar para decidir si adquirir un producto o no.

Uno de los ejemplos en los que el intérprete suele olvidar añadir información contextual es en las llamadas de teléfono. Las entonaciones de voz de la persona que está hablando son detalles que debemos tener en cuenta. La persona puede estar enfadada, triste, alegre o aburrida. Nosotros lo sabemos por su entonación pero al signar esta información no llega a la persona sorda. Por eso es necesario hacer pequeñas acotaciones como “está llorando”, “suena enfadada”, etc.

En muchas ocasiones cuando el intérprete es un hombre y quien llama es una mujer el intérprete olvida personalizar la llamada. Así, cuando dice: “Hola, soy Rosa y estoy encantado de saludarte” puede crear confusión en el interlocutor.

Ejemplos de algunas malas interpretaciones pueden verse en la película “Más allá del silencio” de la que ya hemos hablado en este blog.

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Comentarios (1)

[…] veces tanto intérpretes como personas sordas desconocen cuáles son los ámbitos en los que el intérprete puede o debe […]

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